La S.D. Itxako y Anas vienen colaborando de forma estrecha y solidaria desde hace años. Al principio de liga un pabellón puesto en pie despidió a decenas de niños en la víspera de su regreso al desierto argelino y recientemente un Olentzero viajero les ha hecho llegar un inesperado regalo desde Estella-Lizarra. Hasta el Sahara el viejo carbonero llevó, desde la sierra de Urbasa, lugar en el que nace el manantial de Itxako, en su hatillo equipaciones de juego del club estellés: camisetas y pantalones como los que se aprecian en la fotografía y que han dibujado una sonrisa en medio del desierto.
Niños y niñas que marcaran con un surco la raya de siete metros y la semicircunferencia de una área con la que jugar el partido de la solidaridad, sin tiempos muertos y con un marcador en el que todos salimos ganando. Por muy lejos que esté Argelia; allí también está el Itxako y sus nuevos seguidores
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